Este caso enmarca un acto genocida  que data de la guerra civil (1960-1996), justo cuando se estaba por dictar sentencia.

La Fiscalía de Guatemala solicitó el pasado 8 de noviembre una pena de 2,860 años de prisión para Benedicto Lucas García, en relación con su presunto papel en la matanza de más de 1,200 indígenas durante el conflicto armado interno del país. Sin embargo, este jueves 28 de noviembre, una sala de apelaciones suspendió el juicio contra el general retirado, de 92 años

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«Por unanimidad, los magistrados declaramos con lugar la recusación planteada por la defensa de Lucas García contra el Tribunal de Mayor Riesgo ‘A'», anunció el fallo al concluir la audiencia en la ciudad de Guatemala. Este juicio, que comenzó el 4 de abril, deberá ser trasladado a otro tribunal, según la resolución de la sala de apelaciones. Este es el segundo proceso por genocidio que se lleva a cabo, luego de la condena en 2013 del expresidente de facto Efraín Ríos Montt.

La defensa de Lucas García argumentó que el Tribunal de Mayor Riesgo «A» carecía de imparcialidad como base para su recusación.

La Fiscalía acusa a Lucas García de participar en la masacre de más de 1,200 indígenas que eran considerados aliados de guerrilleros entre 1978 y 1982, durante el mandato de su hermano, el presidente Romeo Lucas García, fallecido en 2006 en Venezuela. A lo largo de los siete meses de juicio, se presentaron pruebas como documentos militares, informes forenses y testimonios de sobrevivientes.

El general Lucas García, que ha seguido las audiencias por videoconferencia desde un hospital militar en la capital, ya cumple una condena de 58 años de prisión desde 2018, impuesta por la desaparición forzada de un joven y la violación y tortura de su hermana, cuya familia era señalada de «subversiva» en incidentes ocurridos en 1981.

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